FILOSOFÍA

Los estudiantes de Blue Valley aprenderán de manera que se conviertan en estudiantes perennes. Para lograrlo, no solo se verán expuestos a un conjunto de conocimientos que les permitirán desarrollar al máximo su potencial intelectual, sino que también adquirirán las destrezas necesarias para poder llegar a ser autodidactas. Comprenderán que el aprendizaje en sí puede justificar la existencia, ya que conduce al perfeccionamiento del ser humano y, por lo tanto, hallarán en el afán por el conocimiento un placer que no cesará al obtener su título.

Para cumplir estas metas, nuestros estudiantes desarrollarán confianza en sí mismos y desplegarán una mentalidad crítica abierta al cambio. Esto los llevará a tomar las decisiones correctas y a defender sus principios con entereza, guiados por una sólida conciencia moral. Nuestros estudiantes no solo desarrollarán su propia voz, sino que aprenderán a utilizarla adecuadamente.

Además de ser individuos íntegros, representantes conscientes de su cultura, como seres humanos también son miembros de la sociedad global. Los estudiantes de Blue Valley deben mostrar solidaridad por sus congéneres y reconocer que el bienestar de cada individuo es responsabilidad de todos. Deben procurar la prosperidad de la sociedad en la que viven y ver en esta meta la oportunidad de hallar la felicidad personal, para lo cual internalizarán la noción de que ser un buen ciudadano es la mejor contribución que pueden hacer a su patria y al mundo. Hacia este tendrán una actitud respetuosa, cuidando su entorno como manifestación de su aprecio por la importancia del medio ambiente para el bienestar de la humanidad.

La filosofía de Blue Valley se basa en los siguientes principios fundamentales (adaptados de los principios que estableció Tom Watson cuando fundó la organización IBM):

1. Respeto por el individuo
2. Búsqueda de la excelencia
3. Servicio
 

Respeto por el individuo

El respeto por el individuo predomina en todos los niveles: estudiantes, profesores y administradores. Es un aspecto del currículo oculto que prevalece en todas las interacciones entre la comunidad escolar. Por ejemplo, a los estudiantes se les habla como a individuos y no con la condescendencia que reservan los adultos para los niños. Esperamos que ellos se comporten de manera que contribuyan al funcionamiento óptimo de la institución, no por medio de la aplicación de reglas estrictas sino porque saben elegir la mejor opción. Para que aprendan a hacerlo, cuando son muy jóvenes les proponemos que se hagan tres preguntas que les deben servir de guía: La primera es ¿me perjudica o me pone en peligro hacerlo?; la segunda es ¿perjudica o maltrata a otro mi acción?; la tercera es ¿es injusto para alguien lo que quiero hacer? Si en algún caso la respuesta es afirmativa, se debe evitar tal acción. Conforme maduran, además de evitar acciones perjudiciales, adquieren la conciencia de que su libertad de elección siempre conlleva la noción de que su decisión es válida para el resto de la comunidad (y aún de la humanidad) y de que deben estar preparados para asumir las consecuencias. Finalmente, como individuos, deben primero respetarse a sí mismos para poder actuar responsablemente hacia los demás.

Cada uno de nuestros estudiantes debe desarrollar una conciencia social. Como ciudadanos responsables, deben estar abiertos a otras culturas y no solo tolerar las diferencias sino que apreciarlas. Dentro de su misma cultura y en el entorno inmediato, deben evitar juicios de valor sobre los demás, comprendiendo que, ante una ofensa, deben enfocarse en la acción y no en la persona que la cometió. Pueden procurar la corrección de esa acción pero no es su prerrogativa esperar que la persona cambie conforme a su voluntad. Extendiendo esta perspectiva a personas de otras culturas en proceso de integración a nuestra sociedad, nuestros estudiantes deben, primero, procurar aprender de ellos y luego, gentilmente mostrarles su propios hábitos para facilitarles el proceso.

En Blue Valley consideramos la solidaridad como uno de los valores más importantes para el ser humano. Nuestros estudiantes aprenden que la felicidad se logra más fácilmente si proviene del dar que si descansa en el recibir: el dar está en poder nuestro, el recibir no. Las lecciones se imparten con la metodología del aprendizaje cooperativo siempre que puedan ser eficientes. Así como los que más tienen deben ayudar a los que menos tienen, los que más saben deben ayudar a los que menos saben.

Búsqueda de la excelencia

La búsqueda de la excelencia se extiende a todas las áreas que facilitan el más provechoso desarrollo del niño. Además de procurar que el individuo sea íntegro, despliegue confianza en sí mismo y autocontrol, el personal docente se asegura de que los estudiantes distingan entre el bien y el mal, basándose en principios universalmente reconocidos. Pero, como compartimos con las familias y con la sociedad en general la responsabilidad del desarrollo de estos valores físicos, psíquicos y morales, la institución se enfoca primordialmente en el aspecto académico de las facultades de los estudiantes, ya que consideramos esta área nuestra principal responsabilidad.

Un aprendizaje extenso e intensivo no solo le da al estudiante un cúmulo de datos, sino que le provee de un conocimiento de fondo: un esquema para la aplicación de este conocimiento y la posibilidad de realizar las asociaciones necesarias para su futuro aprendizaje. Los docentes dirigen sus preguntas a niveles superiores del entendimiento, exhortando a los alumnos a que analicen, sinteticen y evalúen haciendo inferencias. Estimulan y aplauden la creatividad y los razonamientos originales.

Blue Valley también ofrece, en el nivel de secundaria, una variedad de materias electivas que permiten a los estudiantes diseñar un programa acorde con sus intereses y necesidades específicas. El programa de electivas está diseñado para apoyar a aquellos que deseen un programa académico más intensivo y para llenar las aspiraciones de quienes deseen un programa de estudios que les abra los horizontes y los exponga a diversas opciones profesionales.

Servicio

Se contempla el servicio en dos direcciones: el servicio a los estudiantes y el servicio de los estudiantes hacia sus congéneres y su entorno.

El principal servicio a los estudiantes reside en impartir el aprendizaje a su nivel de comprensión. Desde los tres años y medio, los estudiantes asisten a un aula Montessori, lugar donde se les da la oportunidad de realizar actividades instructivas de su elección. Además de la ventaja de entrenarse a elegir, a evaluar las actividades y a sentir que sus opiniones cuentan, la experiencia nos dice que los niños eligen aquello que pueden realizar bien. Crecen así con una sensación de logro, evitando el mensaje de ineptitud que se da implícitamente cuando se les pide hacer algo que es posible que no estén aún en capacidad de realizar. Pero los límites y las rutinas son también muy importantes, por lo cual es nuestro firme propósito que aprendan a elegir dentro de ciertos márgenes. Una vez que adquieren destrezas fundamentales, el sistema va evolucionado, incorporando gradualmente metodologías más tradicionales.

Aparte de lo académico, y conforme con nuestro propósito de formar integralmente a nuestros alumnos, ha devenido en parte importante de nuestra filosofía desarrollar su afán de servicio. Tan importante como el servicio a los estudiantes, directamente o a través de sus padres como se evidencia en los párrafos anteriores, es educar a los estudiantes para que tomen conciencia de su mundo y asuman mayor responsabilidad hacia sus congéneres y la sociedad como un todo: que aprendan a dar y no solamente a esperar recibir. Nuestros estudiantes, dado el tipo de educación que reciben y su posición socio-económica (padres que pueden pagar un excelente servicio), están llamados a ser ejecutivos en su vida profesional. Como líderes en su campo, su país y el mundo necesitan que sean compasivos, conscientes de que pueden y deben marcar su huella para dejar un mundo mejor del que encontraron. Blue Valley ha intensificado dos áreas para el efecto: el servicio comunitario y la educación ambiental y ecológica. Los proyectos de servicio comunitario empiezan desde primaria y en secundaria culminan con ayuda humanitaria global e individual, como la relación uno a uno para ayudar a estudiantes menos privilegiados. La educación ambiental prevalece en todas las instancias, en la teoría y en la práctica.